El amor me hace mal.
Hace poco un sabio dijo; “el amor no es para mi”
pero aún sabiéndolo, la garras del amor lo sumergieron en su cómodo regazo,
llevándolo hasta viejo donde un poema inconcluso aparecía cada vez que él
caía en sus garras.
Y aunque mi vida sea otra,
tampoco pude evitar caer en esa bestia feroz.
Cuando pensaba en ella,
mi cursilería me sorprendía hasta a mi,
pero era feliz, y no quería dejar de tener aquellas fantasías.
Yo sólo quería con ella ver la belleza de las estrellas,
que no sobrepasaban la belleza de aquella mujer
pero la incertidumbre de la duda,
la inevitable incertidumbre también me consumió
y sólo pude conformarme con saber que le gustaba…
Oportunidad que no aproveché por no estar seguro,
por no pensar lo suficiente como para darme cuenta de que era perfecta.
Pero un día muy feliz quedé al saber que coincidíamos después de tanto tiempo…
Pero nos dimos cuenta que el amor y la distancia son como el agua y el aceite.
No pude recuperarla, pero me di cuenta,
de que otra estrella había aparecido en mi camino,
no tuve más acción como respuesta que mirarla,
y dejarme llevar por su encanto.
Pero al despertar del sueño al que había caído por tan cálido encanto,
me di cuenta de que no podía quedarme con aquella segunda estrella
era tan perfecta que tenerla sólo me traería más incertidumbres,
y hasta hoy día, sólo conseguí apartarla de mi.
Por eso digo que…
El amor me hace daño.
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