Simón es mi sobrino. Y a lo largo de sus cinco años ha cometido todas las cegadas habidas y por haber con cuanto adulto este a cargo. Una tarde de sus tres años estaba a punto de mandarse una de sus travesuras características cuando es interceptado su madre:
– ¡¡¡ Simón deja esos botines que tu padre te va a matar !!! –
Simón voltea, mira asustado y pregunta:
– ¿ Y po té ? –
– ¡¡¡Porque la ultima vez los tiraste al inodoro y tu papá me hinchó las bolas toda una semana !!! – Respondió mi hermana ofuscada.
– ¿ Y po té ? – Volvió a preguntar.
– ¡¡¡ Porque los usa todos los santos días para jugar al fútbol!! –
– ¿ Y po té ? –
– Porque es un futbolista frustrado y no lo puede asimilar –
– ¿ Y po té ? – De nuevo.
– Porque esta gordo y se está quedando pelado y no puede bajar del auto sin agitarse –
– ¿ Y po té má ? –
– ¡¡Porque la paternidad le pegó como el culo!! –
– ¿ Y po té ? –
– Porque no quería ser padre y le caíste de sorpresa –
– ¿ Y po té ? –
– Porque que si Simón – Resignada.
– Ah, ueno may –
Simón deja los botines de futbol y se sienta a ver dibujitos.
Simón hoy tiene algo de cinco años y está esperando un hermanito que también vino de sorpresa.
Mi hermana va a gritar por dos y el padre de Simón va a quedar pelado antes de lo previsto.
La buena noticia es que voy a ser padrino.
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