Cuando hace unos meses Pedro Sanchez y su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganaron las elecciones generales, en su discurso de agradecimiento sus simpatizantes le hicieron una petición: «Con Rivera, no», en clara alusión a posibles negociaciones con la cuadrilla de Ciudadanos. Tuvo Pedro, entonces, que evaluar dos opciones: gobernar en solitario sin mayoría o formar Gobierno con Unidos Podemos y para entonces nadie se imaginaba que las izquierdas y la socialdemocracia española no fueran capaces de llegar a un acuerdo.
Así sucedió y España va directo a unas Elecciones Generales donde el PSOE vuelve a salir como favorito con 2 a 5 puntos por encima de su resultados en las pasadas elecciones según varias encuestas, pero si de algo estoy seguro es que esos posibles votos de más que obtengan vendrán del propio Podemos, de gente que verán en Podemos lo mismo que el PSOE y votarán por el de mejor posicionamiento. Pablo Iglesias perdió la oportunidad de oro que le brindó Sanchez de formar Gobierno por primera vez en la historia del Partido y de manejar una Vicepresidencia y varios ministerios, incluso algunos con impacto social, perdieron la oportunidad de demostrarles a la sociedad española que tanto pueden hacer por ellos.
Iglesias ya está desgastado, la base bajo la cual surgió Podemos ya no existe o no lo representan y ha pasado a ser un partido más. Tendrá que venir otra crisis con otro 15-M para que Podemos resurja y salga del pantano donde Iglesias, y compañía, lo han metido.
Cuantos diputados sobrevivirán en estas elecciones, amanecerá y veremos.
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